Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo Ana Ortega y Edyta Borek Prólogo: Pascuala Morote Magán Traducción: Edyta Borek UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA SAN VICENTE MÁRTIR MONOGRAFÍAS
Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial. De esta edición: EDETANIA EDICIONES Del texto: Ana Ortega Larrea y Edyta Borek Autores: Ana Ortega Larrea y Edyta Borek Prólogo: Pascuala Morote Magán Traducción: Edyta Borek Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte c/ Sagrado Corazón, 5 46110 GODELLA (Valencia) Tel. 96 363 74 12 Fax 96 390 19 87 Maquetación: Communico C.B. Impresión: Arts Gràfiques Soler S.L. Depósito Legal: V. 1.029-2007 ISBN: 978-84-87331-34-3
5 Índice Prólogo...7 Nota al lector...15 I Introducción biográfica Morimos para vivir... 21 El arte cede su lugar a la oración... 25 Desprovisto de brillo... 27 Jan de las abejas... 30 La sinceridad es como un sueño... 33 II Poesías 1. En marzo... 38 2. Esto... 40 3. Preocupación... 42 4. No saber nada... 44 5. No se sabe para quién... 46 6. La infancia de mi fe... 48 7. Buscaba... 50 8. Oda a la desesperación... 52 9. Todavía... 54 10. El mundo... 56 11. Sé... 58 12. Sobre la creencia... 60 13. Un ángel serio y preguntas poco serias... 62 14. Por dónde... 64 15. Si... 66 16. El Jesús de los no creyentes... 68 17. Miró... 70 18. Cuánto más tiempo... 72 19. Endereza... 74 20. ***... 76 21. Petición... 78
6 22. Cuando dices... 80 23. Juntos... 82 24. En contra de sí... 84 25. No hay tiempo... 86 26. Eres... 88 27. Ilógico... 90 28. Los problemas de los enamorados... 92 29. Pido la fe... 94 30. Será... 96 31. Porque... 98 32. En el campo... 100 33. Para ver de repente... 102 34. Cómo se llama... 104 35. Existe... 106 36. Por qué... 108 37. Soledades distintas... 110 38. Teorías... 112 39. Oración a San Juan de la Cruz... 114 40. Escribo... 116 III Didáctica de género Didáctica infantil o para adultos?... 121 El mito de la madre polaca y el feminismo... 126 La figura de la madre... 131 La figura del padre... 134 La maternidad en la diferenciación genérica... 137 IV Cuentos, historias y anécdotas 1. Encuentro... 144 2. Cerca, más cerca, lo más cerca posible... 146 3. De lunares verdes... 148 4. Mamá... 150 5. Una maravilla invisible... 152 6. Sólo Jesús y tú... 154 7. Siervo y amigo... 156 8. El santo... 158 9. Sobre la espera... 160 10. Sobre la señorita de Jairo y los papás... 162 11. Jesucristo y el niño... 166 12. Buena vista... 168 13. Levántate!... 170 14. Los enamorados... 174 15. Por qué tenemos la Navidad... 176 16. Sobre la vocación... 178 V Bibliografía... 183
7 PRÓLOGO Dime, Dios mío, que tu amor refulge detrás de la ceniza. Dame ojos que penetren tras lo gris la verdad de las almas, la hermosa desnudez de tu imagen: el hombre. DÁMASO ALONSO Abordar el prólogo de un libro es siempre algo complicado desde nuestro punto de vista, ya que consideramos, apoyándonos en la Real Academia Española de la Lengua, que todo prólogo es un discurso que se antepone al cuerpo de una obra de cualquier clase para dar noticia al lector del fin de la misma o para hacerle alguna advertencia. Y en este caso, se trata de un libro, pero no de un libro cualquiera, sino de uno muy especial, porque se da a conocer en él la obra de un sacerdote-poeta polaco, Twardowski, cuya poesía era desconocida en España, hasta el momento en que Ana Ortega y Edyta Borek se han lanzado a la tarea de traducir sus poemas e historias al español, analizarlos y desglosar temas de tanto interés en la actualidad como son la didáctica del género y el feminismo, entre otros; pero vistos desde perspectivas diferentes a las que estamos acostumbrados, puesto que la poesía de Twardowski rezuma amor por todos los poros y el eje central de la misma es el amor, el amor a Dios y el amor a todos los seres de la Tierra: a las plantas, a los animales, a los niños (especialmente a los discapacitados), a las madres... como plenitud esencial de su vida. El libro titulado Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo y firmado por Ana Ortega y Edyta Borek está estructurado en cuatro partes a través de las cuales se aproximan la biografía y la obra del escritor. Vamos a comenzar por
8 PRÓLOGO resaltar en su poesía una serie de aspectos que nos han llamado la atención, tanto por la riqueza de sus contenidos, como por la originalidad de su forma. La poesía de este escritor está plena de resonancias religiosas y literarias. Literatura y religiosidad se funden en un todo inseparable, del que cuesta un gran esfuerzo discernir una cuestión de la otra. Se podría decir de la poesía de Twardowski lo que dijo Dámaso Alonso de la de San Juan de la Cruz: Por allí ha pasado el espíritu de Dios, hermoseándolo y santificándolo todo. La Oración a San Juan de la Cruz, título de uno de los poemas de Twardowski, es un claro referente intertextual, tanto cuando habla del canto de los pájaros durante el verano, como del silencio que permite meditar y percibir hasta el más mínimo sonido procedente de la naturaleza. Estamos en este poema ante la escucha del silencio propia de los poetas del Renacimiento español... un ruido sordo en el prado/ la ovejita con campanilla bala/ la codorniz susurra. Los pensamientos poéticos de nuestro escritor reflejan las preocupaciones del hombre y de la mujer de todos los tiempos y representan el otro yo, la alteridad del sacerdote-poeta, que es el que participa de la divinidad de Cristo y el que asume la idea de la muerte, pensada con trascendencia y basada en la creencia de que estamos en la Tierra de paso. Nuestra vida es un camino hacia otra vida mejor en la que se producirá un reencuentro con todos nuestros seres queridos; por eso dice Twardowski en una de sus poesías: La muerte que conduce a través de la tumba como si fuera una piedra/ porque precisamente cuando no hay sentido es cuando el sentido empieza. Su concepto de poesía se halla en íntima vinculación con su experiencia y conocimiento del hombre, con su visión de la vida y con su concepción del mundo. Por ello, como indican las autoras en la parte biográfica, no se adscribe a corrientes o tendencias determinadas. Pensamos, en este sentido, que la escritura poética es para él una forma de predicación, unida a un deseo de que su voz y sus mensajes lleguen al mayor número de personas. Quizás una anécdota sobre la infancia del poeta, a la que se refieren Ortega y Borek, pueda ser una clave de su estilo. Cuando afirmó: lo mejor es escribir poemas en voz alta, se anticipó a lo que haría cuando, ya adulto, consolidara su vocación de escritor. Escribo como si hablara con un familiar, es una de sus aseveraciones que nos conduce, salvando la inmensa distancia ideológica entre ambos, a otra afirmación de Blas de Otero: escribo hablando. Por tanto, y coincidiendo con las autoras, la poesía de Twardowski nace de lo cotidiano, con sus vivencias, como el propio autor resalta en el último poema traducido titulado Escribo : Escribo lo que veo no invento nada.
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 9 Su obra poética no se puede leer sin tener en cuenta su proyecto de vida y lo que tuvo que sufrir viviendo en una Polonia ocupada por los nazis, donde se asesinaba a diario a miles de personas; en una Polonia que, después de la Segunda Guerra Mundial, se había empobrecido, y en una Polonia que fue machacada por el comunismo, contrario al catolicismo imperante en el país hasta el día de hoy. Por estas causas clama en Sobre la creencia : cuántas veces hay que perder la creencia oficial[...]/ para encontrar la única/ siempre con el carbón aún verde.... Estas circunstancias históricas, políticas, sociales y su sacerdocio, le impulsaron a escribir sobre el amor, que como ya se ha indicado, es un tema esencial de su poesía, con múltiples matizaciones que nos hacen pensar en el amor a Cristo. Por ejemplo, en El mundo, escribe: el amor invisible/ no encubre nada ; y en Sé : a quien se ama siempre es invisible. En estos dos poemas despunta la perfección de ese Ser que habla y sabe escuchar y que no teme a la muerte ni la debilidad: Porque no temías morir de amor/ porque no tenías miedo de mostrarte débil. Para amar se necesita un sentimiento de entrega al otro: Olvida que existes cuando amas, dice para trasmitir dicha idea, al igual que cuando relaciona amor y tiempo: si amas siempre encontrarás el tiempo. Incluso aflora la idea del amor no correspondido en: Saltamontes que vives en otoño/ corazón no amado que ama. Señala, a su vez, las causas de su amor por Cristo en Porque : porque Te pusieron la zancadilla/ porque Te abofetearon/ porque Te desnudaron.... Observamos, junto al rasgo de franciscanismo comentado por las autoras, un interés por encontrar a Dios entre las criaturas más humildes, así como en la naturaleza y en los animales. Su poema En el campo lo corrobora: Dios está aquí verdadera y ciertamente porque aquí saben cómo alimentar a las gallinas cómo ordeñar a la vaca para que no dé una patada [...] aquí Dios es un Dios seguro y verdadero solamente para los filósofos es jorobado y torcido. Si se es hombre en Dios, junto a la fe, surge la duda: los dogmas no entendía, afirma en Petición ; y junto a la duda, la esperanza: espero que lo expliques/ cuando me cierres los ojos. Y a la esperanza y a la duda les acompaña la fe, que supone todo un reto no sólo para el poeta, sino para el hombre del mundo actual: No crees en nada/ y por qué tienes miedo. Ser hombre en Dios es uno de los pilares de la fe en la obra poética de Twardowski: Soy porque eres/ en esto se apoya la fe/ [...] Se cree sencillamente/ la fe sabi-
10 PRÓLOGO honda búscasela al diablo. En el poema Ilógico se reitera idéntico pensamiento: El Señor es demasiado grande para que quepa en la cabeza. Twardowski va a la búsqueda de Dios, algo posible cuando la vida se abre a un amor creador. Como indica Manuel José Rodríguez, autor de Dios en la poesía española de posguerra: Si Dios es Dios, nuestro vivir es el ritmo acompasado de su vivir hecho tiempo; nuestro buscar, inevitable síntoma de su buscarnos. El poeta obtiene respuesta directa en una búsqueda que es también su consuelo: Y dijo/ porque me buscabas/ a veces hay que esperarme. En ocasiones, para obtener la fe, le ruega a Dios por ella; en Pido la fe escribe: Llamo a la puerta/ pido la fe /[...] una que siempre sea fresca por infinita. También en la poesía española de posguerra, María Elvira Lacaci piensa que no podría entender la vida sin Dios y ruega: Dime que vivo en Ti/[...] Dímelo Tú, Señor, dímelo. Fuerte. De la misma manera, Dámaso Alonso, en Hijos de la Ira, busca a Dios y ruega que sea Él quien lo encuentre: Dime, di que me buscas. Tengo miedo de ser náufrago solitario, miedo de que me ignores como al náufrago ignoran los vientos que le baten las nebulosas últimas, que, sin ver, le contemplan. En esta línea, también señala Twardowski: El Jesús de los no creyentes camina entre nosotros, a veces se para evitado como un viejo cementerio con muertos por el cólera necesariamente gris y, por tanto, completamente limpio. Twardowski valora la oración con una generosidad extrema que observamos en el poema En contra de sí : Reza por todo lo que no quieres/[...] empieza a rezar en contra de ti. Podemos, pues, afirmar que la fe, la esperanza y la oración pueden ser una respuesta humana a la iniciativa divina, un cauce para lograr la luz, cuando la fe y la esperanza agonizan y no logran iluminar nuestro destino. La ausencia de Dios provoca el vacío y el caos existencial que, de forma excelente, nos hace ver nuestro poeta, en Cómo se llama :
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 11 Cómo se llama lo que no tiene nombre [...] el vacío espantoso fronterizo con Dios y que cuando no sabes a dónde ir el mismo camino te conducirá. Otro gran problema es la soledad; la soledad como fidelidad a una opción de vida sacerdotal que no encaja con las normas establecidas; la soledad que se enfrenta a los que imponen leyes, la que implica afirmación en Dios y necesidad de comprensión incluso en las circunstancias negativas de nuestras vidas. Porque también, a veces, la soledad es compañía como en Soledades distintas : He venido para darte las gracias por soledades distintas cuando no hay nadie cuando se llora con alguien o cuando es como si estuviera bien pero es absolutamente lo contrario [...] Hay soledades distintas en cielo infierno y tierra tan diversas que una sólo la que a Ti lleva. La poesía de Twardowski es una poesía humana, pues brota de la mano del hombre; y es una poesía divina porque es Dios su inspirador. En cuanto a la forma de expresión, queremos resaltar, en primer lugar, las excelentes traducciones que han realizado Edyta Borek y Ana Ortega, que son las que nos han permitido dilucidar rasgos y constantes estilísticas que están íntimamente relacionadas con el pensamiento del autor. La libertad es algo natural en el poeta que escribe, como ya se ha indicado, sin adscribirse a corrientes. En este sentido, encontramos dos aspectos de interés: rima libre y casi total ausencia de signos de puntuación, con lo que parece querer llevarnos a la esencia de las cosas tangibles y a Dios. Hasta alguno de los títulos de sus poemas son tan escuetos como Si, o el que lleva por título tres asteriscos (***), puede ser que quizás represente con ello el concepto de Santísima Trinidad?
12 PRÓLOGO No obstante, en contraste con esa aparente sencillez, encontramos en sus versos reiteraciones que son en extremo significativas; en el poema anteriormente citado (***) se repite la conjunción porque para indicar paradójicamente las causas de acercamiento y huida, de Dios a Dios, representada por los pronombres personales utilizados en mayúsculas: de Ti a Ti, nada para Ti, pero todo gracias a Ti. Asimismo, en el poema Porque vuelve a usar este recurso: Porque Te pusieron la zancadilla/ porque Te abofetearon/ porque Te desnudaron/[...] porque ensuciado con lágrimas Te levanto siempre en la Misa... ; poema en el que se realza la majestad y la humanidad de Cristo. En Un ángel serio y preguntas poco serias, vuelve a reiterar el uso de la conjunción condicional si : Si no lloras nunca para nunca sonreír/ si sabes escuchar atentamente sin razón/ si no abrazas para así, poder irte.... Busca comparaciones para manifestar su necesidad de fe; en el poema Cuánto más tiempo : Cuánto más tiempo hay que creer sin entender/[...] oscuro como si estuviera debajo de un haya de corteza lisa. Y en Pido la fe, ruega por una fe profunda y auténtica: una (fe) no como la mariposa de un solo día/[...] sino/ una que siga como una oveja a su madre. Utiliza, además, la comparación para reflexionar sobre la brevedad del paso del tiempo y, por lo tanto, de la vida: el tiempo pasa cada vez más rápido/ persistencia tan prolongada como la oscuridad. A la comparación se le suma la metáfora del tipo A es B, de carácter afectivo, conseguido por el uso del diminutivo: El corazoncillo es una hierba amarilla/ de la noche de San Juan. Incluso la providencia divina se resalta en ese dicho popular tan conocido que las autoras han adaptado al español: Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana. En el apartado Didáctica del género, concretamente en Didáctica infantil o para adultos, Borek y Ortega encaran el tema del niño, con los personajes clásicos de los cuentos tradicionales a los que Twardowski antepone el adjetivo de santos. Con esta literatura cuyos destinatarios son los niños, el escritor pretende acercarlos al conocimiento de la religión, entremezclado con el folklore polaco, de modo divertido, humorístico, como subrayan sus traductoras y críticas. En El mito de la madre polaca y el feminismo, La figura del padre y en La maternidad en la diferenciación genérica, se enfrentan Ortega y Borek, de forma genial, a algunos de los problemas más acuciantes de la sociedad actual: el papel del padre, el de la madre, y el profundo sentimiento de la maternidad; procurando aportar soluciones que, aun no siendo radicales, sugieren nuevos comportamientos y nuevas formas de actuar en familia para que sean imitadas por los hijos. El apartado Cuentos, historias y anécdotas le sirve a Twardowski para aproximar a los niños la Historia Sagrada y otros temas que ya había abordado en sus
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 13 poemas para adultos: la relevancia de la oración, la cercanía de Jesús (a quien compara con la invisibilidad del aire), a Santa María en Belén vestida de lunares verdes, a todo lo que hacen las madres por sus hijos, al valor de la amistad, de la familia, de la esperanza... Y con un gran sentido del humor, en el poema titulado Mamá, convierte el mundo de los Reyes Magos en un mundo más moderno donde se ha sustituido el oro por dólares, el incienso por ordenadores, y la mirra por los vídeos, aunque en este mundo de subversión siempre permanece intacto el espíritu maternal, porque, como dice Twardowski: Mamá siempre es la misma. Por último, quiero resaltar algo sobre el estilo de las autoras: ágil, fluido, claro y coherente, tanto con el pensamiento creyente del autor, como de las profesoras Borek y Ortega. Es un libro muy bien escrito y que se lee con auténtico placer. Felicitamos a Borek por estas traducciones tan redondas y porque ha sabido trasmitir a los lectores, entre los que me cuento, el interés por la poesía de este hombre, al que ellas llaman Jan de las abejas. La elección de este insecto me parece muy acertada por su laboriosidad y porque, literariamente, ha tenido un eco considerable del que sólo voy a dar dos referencias textuales. La primera, extraída de las Geórgicas IV de Virgilio, que dice de ellas: Son nacidas de suaves hojas y hierbas. La segunda, procedente de Calderón de la Barca: Una abeja es un animal De castidad tan extraña Que ignora sexo, y no rinde De su pecho al amor, nada. Ortega y Borek, o Borek y Ortega, han realizado un trabajo en equipo que nos permite emocionarnos con la poesía de Twardowski, pues nos llegan intactas sus consistentes palabras (se apoyan en la fe), sus palabras ingenuas y juguetonas (las dirigidas a los niños). En conclusión, palabras inherentes a la persona (mujer o varón), porque sirven para exteriorizar los pensamientos más íntimos, para dialogar y para que no perdamos la capacidad de asombro, como le está ocurriendo a la mujer y al hombre de hoy. PASCUALA MOROTE MAGÁN Universidad de Valencia
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 15 NOTA AL LECTOR Nos proponemos presentarle algunos fragmentos literarios de un poeta polaco que escribe con brillante ingenuidad para niños y adultos. Empezaremos por descubrirle algunos retazos de su vida, pues juzgamos que sólo quien conoce al autor puede lograr un sentido cabal de su obra. Proseguiremos con unos comentarios sobre las imágenes de la madre, el padre y la didáctica de género del poeta y de la sociedad actual. En la introducción biográfica a Jan Twardowski, nos hemos basado principalmente en un artículo titulado Morimos para vivir, publicado en la prestigiosa revista polaca Tygodnik Powszechny 1. Sin embargo, hemos considerado oportuno añadirle información que completara la explicación del tipo de poesía, o bien, recortar algunos párrafos que sólo nos aportaban casuística marginal. En definitiva, seguimos el mismo esquema del artículo original: algunos de sus versos son empleados como títulos de sección que nos presentan rasgos esenciales de su vida. Además, puesto que partimos de un discurso dado, debemos recordar a nuestro lector que el discurso oriental, lejos de ordenarse linealmente, como lo hacemos en la cultura occidental, prefiere una forma expansiva, a modo de ondas concéntricas que amplían nuestro conocimiento, relacionando conceptos mencionados previamente con los que se desarrollarán con posterioridad. Este tipo de discurso, por tanto, supone que el lector debe aceptar el reto de sumergirse en otra mentalidad, que ha sido traducida de una lengua de estructura mucho más compleja que cualquiera de las lenguas románicas. Hemos escogido algunas poesías de la antología Rwane prosto z krzaka, realizada por el propio poeta y las presentamos en su lengua original y en la traducción al 1. Borowiec, Jaroslaw. Morimos para vivir, en: Tygodnik Powszechny, nº 5 (2951), 29 de enero de 2006, pp. 12-14.
16 NOTA AL LECTOR castellano. Twardowski afirma en su prólogo que, después de varias ediciones que ofrecían el orden cronológico, él prefería exponerlas con un orden personal e íntimo que existe entre los poemas, y que sólo él conoce. Por este motivo hemos decidido respetar el orden del autor y presentar al lector las poesías que nos parecen más representativas de su concepción del hombre y del mundo, bien porque nos integran al ser humano en la naturaleza, o bien porque nos demuestran la relación de los hombres entre sí y con Dios. Twardowski era un sacerdote dedicado a confesar penitentes diariamente durante horas, quizás por ello el poeta se convierte en un minucioso conocedor de la compleja psicología del hombre, lo comprende profundamente y lo consuela ayudándole a entender el mundo. Especialmente, merece la pena destacar su capacidad para comprender la difícil situación de la mujer y, sobre todo, de las madres. A través de los cuentos o anécdotas infantiles, alude al microcosmos del niño: su padre, su madre, hermanos, abuelos, amigos, etc. Hace que el padre y la madre actúen y así, sin ser su primordial propósito, consigue una didáctica de categorías genéricas, bastante opuesta a las sugerencias de las corrientes predominantes en el feminismo contemporáneo. Ciertamente, vivimos en una sociedad patriarcal y materialista, ordenada por criterios de producción, donde la posibilidad de procrear un nuevo ser humano es mayoritariamente albergada como un freno en el desarrollo profesional de la mujer. Las madres de Twardowski no renuncian a su trabajo profesional, pero la profesión ocupa un lugar secundario entre las prioridades de sus vidas: saben disfrutar de la maternidad, y son felices sirviendo a su familia, puesto que el servicio que ofrecen no destruye su autoestima, muy al contrario: las madres dedicadas a la felicidad de sus hijos y de su marido se reconocen como el pilar neurálgico de su familia. Son el soporte familiar, emocional y psicológico, una función que no se puede sustituir con poder adquisitivo, por muy alto que éste sea. Finalmente, hemos incluido 16 historias, cuentos o anécdotas en su lengua original polaca y las hemos traducido al castellano. Provienen de fragmentos de sermones que el poeta redactó en distintos libros. El criterio de elección de dichas historias responde a las necesidades temáticas del presente libro. Hemos escogido los fragmentos más representativos en cuanto a la didáctica de género 2, y los hemos 2. La definición que la RAE nos ofrece de género femenino es la siguiente: En los nombres y en algunos pronombres, rasgo inherente de las voces que designan personas del sexo femenino, algunos animales hembra y, convencionalmente, seres inanimados. Efectivamente, el género es una categoría gramatical que hace referencia a una realidad masculina, femenina o neutra. Puesto que estamos hablando de personas, varón o mujer, damos por supuesta la dicotomía entre masculinidad y feminidad. El sexo es una categoría biológica, según la cual, los humanos nos clasificamos como
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 17 ordenado en este sentido: en primer lugar, los que se centran en la figura de la madre; en segundo lugar, los que aluden al padre; después, los que se centran en el propio niño y, por último, aquellos en los que los estereotipos genéricos o el humor del escritor están siempre presentes. Esperamos que el lector adulto disfrute de estos textos literarios, reconozca los guiños del escritor, reflexione sobre cómo y qué enseñar a los niños en cuanto a la diferencia de género y, siguiendo el deseo de su autor, que se acerque más a Dios. varones o mujeres. Pensamos que las diferencias morfológicas y fisiológicas que nos diferencian, también nos condicionan psicológicamente. Es decir, no creemos que la distinción genérica sea una mera construcción cultural, sino que tiene un fundamento objetivo: la maternidad es la esencia de la feminidad, condiciona inevitablemente la vida de la mujer. Sin embargo, tampoco compartimos el determinismo biológico con el que algunas perspectivas machistas legitimizan la desigualdad de oportunidades académicas, laborales y políticas, discriminando a las mujeres.
I. Introducción biográfica
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 21 Morimos para vivir Jan Twardowski (1 de julio de 1915 18 de enero de 2006), sacerdote y poeta, es uno de los mejores representantes de la lírica religiosa contemporánea. Le interesaban los temas que desde siempre preocupan al hombre: la fe, el amor, la desesperación y la muerte. Con su obra poética parece querer ayudar al lector; se le acerca con ternura y cariño, pues, después de escuchar las confesiones de muchos feligreses, llega a la conclusión de que el amor y la soledad son las inquietudes fundamentales del hombre. Con su poesía quería demostrarnos que a Dios sólo le importa ser amado por el hombre, aunque nunca nos sermonea con serias disertaciones teológicas; al contrario, fue el poeta de la sonrisa e ingenuidad infantil, armas con las que conquistaba a su público, o como él solía afirmar, despertaba sus conciencias. En realidad, nos mostró que es posible reflexionar sobre temas teológicos con un lenguaje muy sencillo, ligero, recurriendo a imágenes comunes y bien conocidas. De hecho, él mismo decía: No tengo miedo de las formas tradicionales. No sigo tendencias ni corrientes que se observan en la poesía. Escribo como me lo dicta mi pensamiento. Me desagrada la modernidad cuyo único objetivo es crear extrañeza. Creo que un autor que sabe asombrarse y entusiasmarse con el mundo que le rodea puede descubrir los misterios siempre, no importa lo pesada que sea la joroba de años que soporta 3. 3. A pesar de que Twardowski se reconoce fuera de toda moda literaria, el profesor Jozef Fert, en el discurso laudatorio de su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lubin, le asigna como el epicentro de la constelación de los poetas polacos contemporáneos, alaba la fusión de su influencia barroca con tendencias vanguardistas, la amalgama de humor, doctrina cristiana y contrastes lingüísticos en una producción literaria absolutamente original. (Cf. <http:// www.msz.gov.pl/files/file_library/42/ars0504h_5102.doc>).
22 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA Cuando le preguntaron por qué y para quién escribía, respondió: No escribo un diario. Cuento en mis poemas mis emociones, experiencias, encuentros con el mundo y la gente. Son un tipo de conversación en la que quiero transmitir mis experiencias. Escribo como si hablara con un familiar... En el mundo contemporáneo me encuentro con los libros de muchas inteligencias brillantes que están contagiados de desesperación, relativismo, falta de fe, materialismo, postmodernismo... en un mundo de incredulidad intento hablar sobre la fe; en un mundo de desesperación, sobre la esperanza; en un mundo sin amor, sobre el amor 4. En sus poemas la muerte nunca fue aniquilación, sino vida; una salvación del vacío, el momento de conocer a Dios. Explicaba a los lectores que, cuando no hablamos de la muerte, eliminamos el sentido metafísico de la vida: Si la muerte no existiera no estaríamos vivos ahora mismo/ morimos, como todo, para la vida eterna. Jan Twardowski pasó las tres últimas semanas de su vida en el hospital de Banach, en Varsovia. Precisamente, fueron las tres semanas anteriores a la Navidad. Era perfectamente consciente de que, poco a poco, su salud empeoraba. Sabía que moría. Justo antes de fallecer pidió, como una broma, que le trajeran uvas pasas y se despidió de sus familiares y amigos más cercanos diciéndoles: Decidles a todos que Dios sonríe y tiene sentido del humor. Como si otra vez quisiera recordar lo que dijo en Suplicaciones: Dios, cien veces santo, poderoso y sonriente 5 Puesto que creaste al papagayo, a la víbora, a la cebra rayada mandaste que viviera la ardilla y el hipopótamo haces cosquillas a los teólogos con el bigote de abejorro hoy, que me siento tan triste, ahogado, oscuro sonríeme. Incluso se le podría llamar el profeta de la sonrisa de la Iglesia 6. El humor, junto con la concisión y la simplicidad, fueron la esencia de su poesía. Además, su labor 4. Op. cit. Borowiec, Jaroslaw, p. 13. 5. Crea un juego de palabras sustituyendo la palabra inmortal del himno de la Adoración de la Cruz ( Oh! Santo Dios, Santo y Fuerte, Santo e Inmortal, Cristo, Rey, Quien fue crucificado por nosotros, ten misericordia de nosotros ), por sonriente, porque en polaco inmortal y sonriente riman: Boże, po stokroć święty, mocny /i uśmiechnięty. 6. El profesor Jozef Fert, en el mencionado discurso laudatorio de la investidura de Twardowski como Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lubin, nos confirma esta afirmación,
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 23 sacerdotal también fue una fuente de las innumerables anécdotas cómicas explotadas en sus poemas. Por ejemplo, la parroquia en la que, cuando rezaban los fieles la Hora Tercia del Oficio Divino que dice: el panal del fuerte Sansón, la recitaban como si dijera: y al invencible Sansón pegarle en la boca, porque suena muy parecido en polaco 7. Con el mismo sentido del humor, intentaba minimizar los dramas del hombre, en especial los cotidianos: Cada dama enloquece dos veces: cuando ama y cuando encanece. En una de las entrevistas, subrayó: El humor es algo que libera al hombre de su soberbia. Es maravilloso y necesario reírse de uno mismo y reconocer, por ejemplo, que somos avaros, mentirosos, etc. Esta perspectiva salvaría al mundo. Solía decir que era un anciano rodeado de moho y hongos, fuera de concurso y sonreía cuando confundían su edad, quitándole un año. Nació en Varsovia, el 1 de julio de 1915, y no como se solía decir, en 1916. Su padre, Jan Twardowski, era ingeniero, consejero del Ministerio de Comunicación. La madre, Aniela, de la familia Koderski, se ocupaba de la casa y de la educación de los hijos: Jan, Halina, Lucyna y María. Unas semanas después del nacimiento de Jan, la familia Twardowski, como la mayoría de los habitantes del Reino Polaco, fue obligada por el decreto del gobierno ruso a marcharse hacia Rusia. No volvieron a Varsovia hasta 1918. En 1927, al acabar la escuela pública, Jan empezó la escuela secundaria. Escogió matemáticas y ciencias naturales. Muy temprano se pudo observar que tenía inclinaciones hacia la literatura. Su primera publicación escolar tuvo lugar en 1932, en Kuznia Mlodych, una revista interescolar, con la que colaboró durante cuatro años. En la rúbrica poética que redactaba de niño, aconsejaba: Al escribir poemas uno puede comportarse de formas muy diversas. Sin embargo, no se debe relamer los labios, brincar en la silla, mojar la lengua en la tinta, etc. Lo mejor es escribir poemas «en voz alta». En su madurez, por supuesto, llegó a la conclusión de que tal afirmación de su infancia no era un método muy adecuado. Luego de aprobar el examen de bachillerato no tuvo dudas sobre qué carrera escoger: Filología Polaca, en la Universidad de Varsovia. Estudiaba el último curso cuando llegó la guerra. En 1948 defendió su tesina sobre la poesía de Juliusz Słowacki 8. recordándonos que en una de sus frecuentes conversaciones con su Ángel de la Guarda, el poeta le pide que le acerque al sacramento de la sonrisa. (Cf. <http://www.msz.gov.pl/files/file_library/42/ Ars0504h_5102.doc>). 7. En polaco, respectivamente, i niewyciężonego plasta miodu Samsona y i niewyciężonego plask w mordę Samsona. 8. Reconocido poeta del Romanticismo polaco. Twardowski escribió su tesina bajo la dirección de uno de los más prestigiosos filólogos de toda Polonia: Waclaw Borowy.
24 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA Durante la ocupación, fue miembro del Ejército Nacional 9 ; tomó parte en la arriesgada ayuda a los judíos y fue herido en el Levantamiento de Varsovia. Estábamos en Wola 10, cerca del hospital donde los alemanes han matado a todos. No tenía armas, porque casi nadie las tenía, además, no tuve la preparación necesaria para usarlas, no sabía disparar. El destacamento al que me reclutó mi cuñado, al estallar la guerra, fue vencido a principios de agosto, y luego vagabundeamos de un grupo a otro. Fui herido en la pierna y este hecho me llenaba de orgullo aunque, por supuesto, no me consideraba ningún héroe. Me encantaban los rebeldes y hasta me creía uno de ellos, pero nunca en la vida diría que yo hubiera sido soldado, sino que simplemente luché en el Levantamiento de Varsovia. Las experiencias de aquella época inundaban la mayoría de los poemas que publicó después de la guerra, por ejemplo, en la Canción sobre el Levantamiento, publicada en 1946, en Tygodnik Powszechny 11 : Órdenes poco prácticas y la fuerza de una gran ilusión. y las señoritas bellas que iban a la noche para morir. y también las tumbas y la risa de aquellos alemanes, y en el tiempo de luto, el gran pecado de Londres... Con esta publicación, el poeta se confabuló con la revista cracoviense, Tygodnik Powszechny, no solamente como colaborador, sino también como amigo de los que la redactaban. En dicha revista se estrenaron la mayoría de los más importantes poemas de Twardowski, y también gran parte de la crítica literaria que sus poesías motivaban. 9. Armia Krajowa, el Ejército Nacional Polaco (1942-1945), reflejaba las orientaciones nacionalistas y anticomunistas de sus miembros, que tendieron a acentuarse con el crecimiento de la amenaza comunista. 10. Es un barrio del centro de Varsovia, donde tuvieron lugar las luchas más sanguinolentas del Levantamiento. 11. Es todavía hoy una de las más reconocidas revistas católicas de Polonia, crea opinión.
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 25 El arte cede su lugar a la oración Por qué Twardowski escogió el sacerdocio? Quizás por la cruel experiencia de la guerra y la muerte de sus amigos. En broma, una vez mencionó que un día tuvo el sueño de ser sacerdote y que cuando se despertó únicamente pudo ingresar en el seminario. Sin embargo, nunca hablaba en serio de qué influyó en su decisión. En el libro Cordialmente pasado de moda y felizmente retrasado, nos apunta: Un día durante la ocupación, por casualidad, fui testigo de la ejecución por fusilamiento de polacos a manos de los alemanes. Al mismo tiempo, desde la casa de al lado, donde vivía un alemán, me llegaba la música de Chopin. Recuerdo un sentimiento extraño: me di cuenta de que la genial música de Chopin podía resultar muy inhumana. Y tengo que confesar que, aunque educado en el culto del arte, desconfío de éste, porque no acompaña al hombre hasta su fin. El arte cede su lugar a la oración. Quizá, antes hubiera considerado otro camino, pues ya había publicado su debut literario: en 1937 salió un pequeño tomo de poesías, El regreso de Andersen 12, en una tirada limitada de 40 ejemplares. La segunda edición, en 1999, se vendió velozmente. El mismo autor decía que su primer tomo fue muy a lo Czechowicz 13, incluso envió a este poeta sus poemas, porque apreciaba considerablemente sus poesías del libro Nota humana. Entre los papeles de Czechowicz, descubiertos después de su muerte, se encontraba una crítica nunca publicada del mencionado tomo, El regreso de Andersen. Aquí leemos: Jan Twardowski es uno de los poetas que se hallan fuera del circuito oficial de la poesía: no toma parte en las organizaciones de las compañías literarias, no pronuncia sus opiniones artísticas de otra forma que con su creación poética, no está relacionado con uno u otro grupo de activistas. 12. Según el profesor Jozef Fert, este primer libro demuestra la fascinación de Twardowski por la poesía polaca de vanguardia. (Cf. <http://www.msz.gov.pl/files/file_ library/42/ars0504h_5102. doc>). 13. Józef Czechowicz fue un poeta polaco del periodo de entreguerras, de la segunda ola vanguardista. Desde antes de la publicación de El regreso de Andersen, Czechowicz, junto con Twardowski, fue miembro de la redacción de Kuźnia Młodych. (Cf. <http://www.polonia.es/x.php/2,624/cronicas-enero-2006.html>).
26 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA Este pacífico, contemplativo carácter de su relación con la naturaleza, se refleja también en la postura artística del poeta. A finales de la guerra comenzó su camino sacerdotal estudiando en la clandestinidad; primero, en el Seminario en Czubin y luego, en Varsovia. En su curso había sólo 5 vocaciones. En julio de 1948, el día del aniversario de su bautismo, Jan Twardowski recibió las órdenes sagradas. Empezó trabajando en varias iglesias. Fue nombrado prefecto de una Escuela de Educación Especial de la ciudad de Pruszków y de un orfelinato en la ciudad de Koszajce. Los encuentros y las experiencias del trabajo catequístico se reflejaban de forma muy conmovedora en sus poemas. Fue grande su modestia, humildad y bondad. Las conversaciones y las experiencias de estas catequesis aparecían recurrentemente en sus poemas de forma conmovedora: Alumnos míos, alumnas queridas de las escuelas de discapacitados psíquicos ( ) os espero, mis más queridos con cada primera estrella 14 con el cielo de Belén, que en los portales brilla con el Cordero de Pascua sin vosotros las velas se apagan y no hay para quién vivir. Ese de los niños tontos. 14. La costumbre polaca de Nochebuena es no comer nada durante el día hasta que aparezca la primera estrella.
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 27 Desprovisto de brillo En el año 1959 fue nombrado Rector de la iglesia del convento de las monjas visitandinas, en Varsovia; a aquella dirección le llegaban numerosas cartas de sus lectores y admiradores. En un fragmento de una carta que le escribieron los alumnos de la escuela primaria nº 8 de la Organización Católica de los Pedagogos, en Varsovia, leemos: Queremos a Twardowski porque no quiere ser una persona importante, enseña que es más importante ser necesario que importante. Queremos a Twardowski porque entiende a los creyentes e incrédulos tan bien, a los grandes y a los pequeños y a esos que se aburren en la iglesia. El sacerdote nos enseña no solamente a lanzar flores en la procesión, sino también que hay que acabarse toda la comida del plato y no ser caprichoso. Nos enseña que las cosas de Dios nunca son aburridas. Lo queremos porque sus sermones son tan guays 15. Nos habla de flores, escarabajos, ardillas, arándanos y setas. Así, no es de extrañar que en 1996, recibiera el premio que conceden los niños anualmente: la Condecoración de la Sonrisa 16. En la medida de lo posible, respondía y daba las gracias a todos sus escritores, tanto a los adultos con cargos de responsabilidad, como a los niños. Afirmaba que la maravilla de la infancia radica en que los niños se saben desprotegidos y desampa- 15. Hemos traducido la palabra polaca fagny por guay, reconocida por la RAE como término coloquial que significa muy bueno, estupendo, porque es una expresión frecuente del lenguaje coloquial infantil. 16. La Condecoración de la Sonrisa es un premio concedido por los niños a los adultos. La primera vez fue concedido en 1968. La idea surgió cuando, durante una entrevista, una escritora de cuentos infantiles, Ewa Chotomska, mencionó que un día, mientras hablaba con los niños de un hospicio, un muchacho le dijo que le gustaría conceder una condecoración a un protagonista de una serie de dibujos animados que ponían entonces en la televisión. Ahora los niños envían sus candidaturas y un grupo de adultos decide a quién honrar con la condecoración. La institución de la condecoración está reconocida por UNICEF. Algunos personajes famosos a los que se ha otorgado este premio son: Sarah Ferguson, princesa de York; Steven Spielberg, Szymon Kobyliński (reconocido satírico y diseñador polaco), Maria Kownacka (escritora polaca de literatura juvenil), Aleksander Kwaśniewski y Jolanta Kwaśniewska (el ex-presidente de Polonia y su mujer, quien dirige una fundación de ayuda a los descapacitados); Irena Kwiatkowska (actriz), Arkadiusz Nowak (sacerdote dedicado a los enfermos de sida), Tove Janson, Astrid Lindaren, etc.
28 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA rados, por lo que son conscientes de que deben confiar en su Padre. Por esto mismo repetía que, aunque él era viejo, tenía la fe de un niño, y que dicha fe consistía en un incesante asombro. Con esta idea en mente, escribía libros para niños: Palillos y palitos; Una castaña para un millonario; Un tazón con un asa; Dos burritos y No solamente la corneja anda asombrada. También Cuaderno cuadriculado. Diálogos con niños y no tan niños fue un éxito que gozó de varias ediciones. Fue un sacerdote carismático y abierto; una persona buscada y con la que todos querían quedar. Para él, un mal sacerdote sería el que se olvida de que es solamente una herramienta en las manos de Dios. A este sacerdote afirmaba Twardowski, le parece que puede hacerlo todo solo. A veces, encontramos este tipo de sacerdotes-magos. Éste es tal vez el peor pecado que puede cometer un sacerdote. Jan Twardowski sacaba su fuerza de la oración y durante décadas, desde las seis de la mañana, se sentaba en el confesionario, esperando a los feligreses en una iglesia vacía. Integraba su obra poética en el mismo significado que daba al resto de sus acciones sacerdotales, por eso, cuando le preguntaban sobre su obra literaria respondía: Nada de lo que hago es por mí. Cuando miro mi vida tengo la impresión de estar siempre bajo la protección de Dios. Conoció al Arzobispo Józef Zycinski de Polonia, en 1973, cuando éste estaba recogiendo material en Varsovia para su tesis doctoral. El Arzobispo nos comenta: A mitad de julio, Twardowski se fue de vacaciones, yo le tuve que sustituir, y entonces tuve la ocasión de experimentar cómo su espíritu resplandecía. Miraba a sus penitentes que venían para preguntar cuándo iba a regresar Twardowski; hablé también con los que él preparaba para recibir el Bautismo, y me di cuenta de que admiraban el estilo con que explicaba el Evangelio. Era un estilo lleno de simplicidad y bondad; era un cristianismo muy respetuoso, natural y bello. Y entonces, como un sacerdote joven, me alegraba de que el Evangelio de bendiciones pudiera materializarse de una forma tan concreta. El Evangelio fue su fuerza; del Evangelio obtenía los modelos de conducta. Cuando se abre el Evangelio se puede leer: «convertíos y creed». Hay que empezar convirtiéndose a uno mismo, no a otros. El sacerdote es solamente un respetuoso testigo de la conversión que Dios provoca en las almas. A todos los que le mostraban temor por ser sacerdote, desde el principio les explicaba: No vine para convertirle a Usted además se me olvidaron
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 29 todos los sermones buenos desde hace mucho tiempo estoy desprovisto de brillo. Nunca se quejó de que los tiempos fueran duros; opinaba que le había tocado vivir en una de las épocas más prósperas de la Iglesia. Afirmaba que los acontecimientos más importantes eran el Concilio Vaticano Segundo y la caída del comunismo. Y es que para una persona que sólo comprende su vida como un instrumento para acercarnos el brillo de Dios, no hay ni tiempos duros ni fáciles, sólo cabe sentido del humor, en las circunstancias que sean, para renunciar al propio brillo en su sencillo servicio a los demás.
30 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA Jan de las abejas 17 El primer libro que publica después de la guerra es Poemas (1959), gracias a la ayuda de Jerzy Zawieysky, en la editorial Pallottinum (una de las más importantes editoriales católicas de Polonia). Once años más tarde, otra editorial católica de Cracovia, Znak, publica Signos de Confianza, con una segunda edición en menos de un año, lo que nos demuestra su éxito como escritor. En 1979 una oficina estatal no católica publica sus Poesías Escogidas, y de nuevo Znak saca a la luz Gafas azules. Estos libros se copiaban a mano o se fotocopiaban para venderlos de forma ilegal. Eran reseñados por los mejores críticos, tales como Zbigniew Bieńkowski, Jerzy Kwiatkowski y Julian Rogoziński. Se agrupaban multitudes en los encuentros públicos con Jan Twardowski. El público le recibía y se despedía de él siempre con cálidas ovaciones que le perturbaban. Por eso, bromeaba diciendo que las primeras ovaciones eran siempre debidas a su belleza física y no se podían considerar seriamente. En una ocasión comentó: Lo que dicen sobre mi popularidad es una exageración. En realidad, mis poemas empezaron a publicarse solamente hace unos años porque durante mucho tiempo el ambiente no era favorable para mí como poeta, pues no podía publicar poesía religiosa [ ]. El libro que más popularidad me otorgó fue No he venido para convertirle. Los poemas de 1937-1985, publicados por la editorial Archidiócesis de Varsovia, en una tirada de cincuenta mil ejemplares. Después, en otras editoriales publicaron mis poemas en antologías diversas. Y no sé por qué [ ] me siento muy conmovido por el hecho de que me lean los jóvenes; me siento muy conmovido porque puedo leer mis versos en el Teatro Nacional de Varsovia, donde estuvieron también Rózewicz, Herbert o Milosz [ ]. Ahora, quizás, se ha creado un ambiente más propicio para mi tipo de poesía. 17. En realidad, la traducción literal de Jan od biedronki sería Jan de mariquita, pero por las connotaciones de afeminado que tiene la palabra mariquita en castellano, hemos elegido otro insecto. El sacerdote se llamaba a sí mismo Jan de mariquita, como poeta que se asombra ante los pequeños detalles de la naturaleza. Más tarde comentaremos que su rasgo de franciscanismo era reconocido por la crítica; de momento destacaremos su amor por todos los seres de la naturaleza. Ángel Valbuena Prat, en Historia de la literatura española, comenta a propósito del Libro de Sigüenza de Gabriel Miró, la misma cualidad franciscana que observamos en Twardowski. (Cf. vol III, p. 560.)
Jan Twardowski: el poeta, su didáctica de género y el feminismo 31 Además de Signos de confianza (1970) y No vengo a convertirlo. Versos 1937-1985 (1986), sus libros más leídos son: Amor por un Dios se lo pague (1994) y Amor busca amor. Versos 1937-1998 (1999). Su fama era incuestionable, de hecho, sus lectores podían pasar varias horas esperando a que les firmara un autógrafo; todos coincidían en que la lectura de su obra poética les ayudaba a conciliarse con el mundo y recuperar la paz. Para los críticos literarios, el éxito de su obra respondía a la simplicidad y maestría con las que conseguía expresar lo que conocía sólo intuitivamente 18. A principios de los años 70 sus poemas traspasaron las fronteras de la lengua polaca. Las primeras traducciones fueron hechas al alemán, en la antología de Karl Dedecius 19, más tarde al inglés, búlgaro, hebreo 20, húngaro, italiano, finlandés y esperanto. Llega a publicar más de ciento cuarenta libros, la mayoría de los cuales variaciones de las recopilaciones de sus poesías vieron la luz en estos últimos veinte años. Hoy es uno de los poetas más leídos aunque la palabra poesía, siempre le pareció demasiado elevada para sus composiciones. Rehuía de las moralejas, de los dogmas y de una erudición elevada; quería ser solamente Jan de las abejas, es decir, un sencillo poeta de la naturaleza. Para Twardowski, el hombre llega a conocer a Dios mirando la naturaleza, porque ésta es un reflejo de la perfección de Dios. Asimismo, la observación de la belleza en la naturaleza le ayuda a distanciarse de sí mismo: es capaz de valorar la dimensión intrascendente de sus problemas al integrarse en una naturaleza tan armónica, estable y constante. Frente a los teóricos que construyen generalizaciones abstractas sobre el hombre, a Twardowski le interesa cualquier pormenor de la vida cotidiana y, por el mismo motivo, también recoge todo tipo de anécdotas de la vida animal. Con estas ejemplificaciones, demuestra que la naturaleza es tan variada como bella y, a su forma, nos explica que la mente humana no puede comprender la divinidad, pues es tan compleja como detallada. 18. Cf. Mocarska-Tycowa, Zofia. Wiersze jak ksiądz dla wszystkich. O poezji ks. Jana Twardowskiego, en: Spotkania w słowie. Szkice litarackie, Towarzystwo Naukowe w Toruniu, Toruń, 1999, p. 136. 19. Karl Dedecius es ensayista, traductor de libros de autores polacos al alemán y ex director del Instituto Germano-Polaco de Darmstadt. Está considerado embajador de la literatura polaca en Alemania. 20. El doctor David Weinfeld, profesor de literatura hebrea en la Universidad de Jerusalén, conocedor y admirador de la literatura polaca, tradujo, en 1998, las poesías publicadas hasta entonces al hebreo, por considerar a Twardowski uno de los más destacados poetas de Polonia. El doctor Weinfeld, además de profesor, es un reconocido traductor del polaco al hebreo, como lo demuestran sus traducciones de los versos de Czeslaw Milosz, Zbigniew Herbert y Adam Zagajewski. (Cf. <http://www.msz.gov.pl/files/file_library/42/ars0420h_4814.doc>).
32 INTRODUCCIÓN BIOGRÁFICA Trataba de exponer lo ininteligible con ejemplos sencillos y detalles de lo rutinario. Sus llanas explicaciones convertían en fácil lo difícil, aclaraban lo oscuro. Y de alguna forma, esta paradoja se vertió en su vida: buscaba una vida de servicio escondido, de incesante renovación del ingenuo asombro infantil, y sin pretenderlo, alcanzó vertiginosamente la fama, como uno de los mejores poetas contemporáneos de Polonia. Con su sentido del humor acostumbrado, experimentaba la intrascendencia del reconocimiento humano, por eso, prefería identificarse como sacerdote de la naturaleza o Jan de las abejas.